Magatte i Rosa Maria ens compten el seu viatge a la recerca d’un habitatge digne i estabilitat per a les seves vides. Càritas Menorca. Programa Persones Sense Llar i Acompanyament …

Persones Sense Llar, en primera persona


Magatte i Rosa Maria ens compten el seu viatge a la recerca d’un habitatge digne i estabilitat per a les seves vides.

Càritas Menorca. Programa Persones Sense Llar i Acompanyament en Drets.

Cada vez más sola, sin opciones..., sin derechos..., sin dignidad.

Magatte tiene 38 años, tuvo que abandonar Senegal en busca de un futuro, “quería ilusionarme por la vida, conocer, viajar, prosperar. Pero la vida en ocasiones no es como uno se la imagina”. Sin documentos pronto comprendí que no tenía derechos, sin empleo, mujer sola con un niño. Me encontré de cara con la inseguridad, la desesperación, la rabia, el llanto, la impotencia, el frío, la hostilidad....no encontré la salida pero si la calle. Cada vez más sola aun teniendo a mi hijo  a mi lado, sin opciones..., sin derechos..., sin dignidad. Conseguir un lugar seguro para mí y mi hijo en el piso social de Càritas Menorca, supuso ver una luz y poder construir mi camino hacia ella. Acompañada por personas, con charlas sanadoras, haciendo formaciones, con refugio de la lluvia, del frío y del cansancio. Hoy soy más fuerte, hoy tengo mis derechos repuestos, hoy estoy aquí para explicar mi historia con energía y donde haga falta, para que estés donde estés sepas que ya no estás sola/o.
Magatte, 38 años.
Senegal

“Qué hago, ¿a la calle? Con 76 años, donde están los derechos de las personas entonces.”

Mi nombre es Rosa María, tengo 76 años y vivo en Menorca. En el año 2013 se me asignó una vivienda de una entidad financiera destinada a las personas en situación vulnerable. A los cinco años, en el 2018, me renovaron mi contrato de alquiler hasta el 2021; yo he pagado religiosamente todos los meses y mi casa está impecable y cuidada, pero me llega una carta que dice que día 15 de Octubre de 2021 tengo que salir de la vivienda. Con mi pensión yo no puedo pagarme un piso tal y como están los precios, me veo en la calle, no duermo por las noches, no hay derecho. Cuando les llamo no me atienden al teléfono, pido ayuda para enviar un email  a un correo electrónico que me han dado, les envío documentos y lo que haga falta…pero no contesta nadie. Desde la Oficina Insular de la vivienda me dicen que han solicitado la moratoria de 6 meses, pero después de ese tiempo qué hago, ¿a la calle? Con 76 años, donde están los derechos de las personas entonces.”
Rosa Maria, 76 años.
Pontevedra.

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