Viure de forma compromesa és una manera de ser i estar per a respondre a la realitat de les persones més vulnerables. En Càritas Menorca ens sumem al Dia Internacional …

1 d’octubre, Dia de les Persones d’Edat


Viure de forma compromesa és una manera de ser i estar per a respondre a la realitat de les persones més vulnerables.

En Càritas Menorca ens sumem al Dia Internacional de les Persones d’Edat, és la nostra aposta per promoure una societat més solidària i pròxima als nostres majors, que ens aporten sòlids valors i tota la seva experiència de vida.

Som el que donem, som amor. El lema de la nostra campanya d’enguany pren especial significat quan pensem en tots els voluntaris i voluntàries de Càritas que de manera solidària i compromesa fan comunitat i s’involucren en la societat per a fer-la millor.

En el dia de les persones d’edat, volem prestar especial atenció a aquells que dediquen el seu temps, mans i cor als nostres majors, perquè tinguin la possibilitat de relacionar-se en un entorn comunitari, aquells que es preocupen per la seva situació i els presten el seu suport, que adquireixen un paper actiu en la seva cura, que són complement als recursos ja disponibles i creen espais per a un envelliment actiu.

Avui coneixem una mica més d’ells a través de Paula Díaz, voluntària de Càritas Menorca en la residència d’ancians de Maó.

Hola, Paula el primer agrair-te el teu servei i la teva solidaritat, per què et vas fer voluntària de Càritas? Per què amb les persones majors?

Todo nace de mi compromiso cristiano, de intentar aportar mi granito de arena en el deseo de hacer este mundo un poco mejor, más respetuoso, más solidario y amable y, como en tantas otras ocasiones de mi vida, el hacerme voluntaria de Càritas fue la respuesta a una propuesta concreta hecha por una persona concreta.

En este caso fue Mª Antonia Llambias, responsable del voluntariado de Caritas en Maó, la que me propuso hacerme cargo del grupo de 22 voluntarios de Càritas que hacían su voluntariado en la Residencia de Ancianos del Consell Insular, de eso hace ya 9 años.

Que t’aporta aquest voluntariat?

Para mí fue un nuevo reto, solo conocía la Residencia de Ancianos de haber ido en Navidad con los niños de catequesis a cantar villancicos a los residentes. Pero la propuesta me pareció muy interesante. Como voluntarios, nuestra labor es hacer de puente entre los residentes y el mundo exterior. Muchos, por su estado físico, no pueden salir del centro, otros pueden hacerlo, pero necesitan ir acompañados, la mayoría necesitan ser escuchados y no sentirse solos. Los voluntarios cubrimos necesidades de los residentes que el personal contratado, los familiares o la falta de ellos, no pueden cubrir. Se trata, en definitiva, de dar un trato más personal, más familiar, si cabe, a los residentes con los que los voluntarios interactuamos.

Quines activitats feu i quant temps dediqueu?

Hasta que llegó el covid para trastocar todas nuestras vidas, teníamos programadas actividades para ellos toda la semana. Actividades como: juegos de mesa, taller de manualidades, tarde de música, petanca, cine, bingo, paseos, Celebración de la Palabra los domingos (La  Misa, para ellos).

Participábamos en todas las fiestas  que se celebraban en el centro a lo largo de año: Navidad, Año Nuevo, Reyes, Carnaval, Fiesta de la Primavera, Sant Jordi, La Fiesta de los 90 y más, la Fogata de Sant Joan, la Fiesta de Fin de curso, no sé si me dejo alguna más.

Lo digo en pasado porque, a causa de la pandemia, llevamos ya dos años que no podemos acceder al interior del centro para acompañar a los residentes y realizar con ellos nuestras actividades.

Ellos nos echan de menos a nosotros y nosotros a ellos. Espero que este curso ya cambien las cosas, actualmente solo podemos dar paseos con algunos de ellos, hacer algunos recados, acompañamientos al hospital, pero todas ellas son actividades que realizamos fuera de la residencia, con el máximo cuidado y en muy contadas ocasiones.

La verdad es que es una situación bastante desalentadora porque, al fin y al cabo, lo que los voluntarios buscan es el trato personal, directo con los ancianos y en estos momentos eso no es posible. Tenemos esperanza en que este año, dada la situación sanitaria actual, podamos retomar, si no todas, si algunas de las actividades que realizábamos en el centro, siempre que sea seguro para todos, ese es nuestro deseo, porque a pesar de las circunstancias, el equipo de voluntarios sigue fiel a su compromiso a la espera de que cambie la situación.

¡Deseamos que la espera no sea larga!


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